ANIVERSARIOS Como toda la simbología vinculada al matrimonio, la luna de miel es una de las tradiciones respetadas a lo largo de los años. No se tienen referencias exactas de sus orígenes; sin embargo, se atribuye a la cultura árabe el nacimiento de la expresión. En esta cultura, el tiempo se contaba por las lunas, hecho que deja suponer que la pareja disfrutaba de las “mieles” matrimoniales durante un mes, aproximadamente. El genial Voltaire definió, no falto de sarcasmo, al mes posterior a la luna de miel con el nombre de “luna de ajenjo”, por ser ésta una bebida amarga. El refranero español define un concepto similar al de Voltaire con “luna de miel, luna de hiel”, en virtud del encanto de los primeros días y de la posterior realidad de la vida diaria. Los aniversarios de boda son la representación del amor y el compañerismo conyugal a lo largo de los años, y si bien las fechas más representativas son las bodas de plata y las de oro, en las que la pareja celebra veinticinco y cincuenta años de unión, respectivamente, existen fechas anuales que merecen ser recordadas y constituyen un gesto más de atención hacia la relación conyugal. La baronesa Staffe cita en su libro, editado en París en 1897, que en las celebraciones de los veinticinco y los cincuenta años de matrimonio “no pueden faltar las perdices asadas”, haciendo referencia a la simbología de los sacerdotes del Antiguo Egipto en relación a un matrimonio bien avenido.
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